viernes, 23 de noviembre de 2012

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
El término ‘sociedad del conocimiento’ ocupa un lugar universal en la discusión actual en las ciencias sociales así como en la política europea. Se trata de un concepto que aparentemente resume las transformaciones sociales que se están produciendo en la sociedad moderna y sirve para el análisis de estas transformaciones. Esta tiene sus orígenes en los años 1960 cuando se analizaron los cambios en las sociedades industriales y se acuñó la noción de la sociedad post-industrial.
 Para la UNESCO el concepto pluralista de sociedades del conocimiento va más allá de la sociedad de la información ya que apunta a transformaciones sociales, culturales y económicas en apoyo al desarrollo sustentable .se debe hacer notar que los pilares de las sociedades del conocimiento son el acceso a la información para todos, la libertad de expresión y la diversidad lingüística, de igual manera ha adoptado el término sociedad del conocimiento, o su variante sociedades del saber, dentro de sus políticas institucionales, desarrollando  una reflexión en torno al tema, que busca incorporar una concepción más integral, no en relación únicamente con la dimensión económica.
Cabe señalar que a finales de 1970, el análisis de los cambios en la sociedad moderna resaltó tres aspectos: -La expansión de las actividades de investigación estatal y privada era la base principal de la cientificación de una serie de sectores industriales.-Paralelamente a la expansión de los sectores de servicios, se incrementaron las actividades económicas basadas en el conocimiento. -La estructura profesional estaba marcada por los trabajadores de conocimiento profesionalizado y con una cualificación académica.
Por lo tanto el ritmo constante de la innovación tecnológica obliga a efectuar actualizaciones periódicas. El acceso a Internet a alta velocidad por conducto de líneas eléctricas y no exclusivamente de líneas telefónicas, la televisión interactiva en los teléfonos móviles y la comercialización de nuevos programas informáticos, al reducir considerablemente el costo de las comunicaciones telefónicas, están modificando completamente las bases del debate sobre el acceso a las tecnologías y a contenidos diversificados.
 Al mismo tiempo, Internet también podría a muy corto plazo fragmentarse en una multiplicidad de redes de primera, segunda o tercera categoría, debido a las rivalidades suscitadas por el control de los mecanismos de registro de nombres de dominio y debido también a las repercusiones que puede acarrear la creación de una red Internet de “segunda  y tercera generación”, cuyo costo será considerable y limitará, por lo tanto, el círculo de sus usuarios a las instituciones con más recursos económicos. Un ejemplo notable de esto lo constituye la extensión del proyecto Abilene, que supone la creación de infraestructuras nacionales y subregionales a las que solamente pueden acceder instituciones que abonan derechos y están asociadas en el seno de una red limitada a un número reducido de regiones.
Es importante mencionar  que las sociedades del conocimiento son sociedades  en redes  que propician necesariamente  una mejor toma de conciencia de los problemas mundiales,  los perjuicios causados al medio ambiente,  los riesgos tecnológicos, las crisis  económicas  y la pobreza son elementos  que se pueden tratar mejor mediante la cooperación internacional y la colaboración científica.  Todo esto con el acogimiento de las tecnologías en las instituciones educativas se busca producir nuevos cambios en los métodos de enseñanza y aprendizaje para que fortalezcan las orientaciones pedagógicas en el aula de clases y de hecho producir nuevas experiencias en los educadores que jamás hayan experimentado, y, por tanto, crear una conciencia en ellos de admisión a las nuevas tecnologías de la información como una posibilidad de hacer del hecho educativo un juego de aprendizajes que provee una gama de conocimientos mediante la implementación de nuevas herramientas tecnológicas.
La influencia de las nuevas tecnologías en la creación del conocimiento es considerable. En efecto, han permitido adelantos importantes en la accesibilidad y manejo del conocimiento. Si se sabe discernir entre una mera información bruta, un rumor o una afirmación errónea y todo aquello que puede constituir la base de un conocimiento genuino, no cabe duda de que Internet pueda funcionar como un gigantesco vivero de ideas, independientemente de que provengan de informaciones o conocimientos. Por otra parte, la proliferación en nuestro entorno de objetos virtuales, modificables y accesibles infinitamente, facilita el trabajo colectivo y la adquisición de conocimientos en común. El aprendizaje durante mucho tiempo confinado en lugares específicos como la escuela se está convirtiendo en un espacio virtual de dimensiones planetarias y accesibles a distancia, en el que será posible simular una infinidad de situaciones. Por último, la creación de conocimientos en redes y la aceleración del tratamiento de la información abren nuevas posibilidades de trabajo sobre las bases de datos, independientemente de su tamaño, uso y finalidad.
De acuerdo a la UNESCO la tercera revolución industrial ha ido acompañada de un cambio de régimen de los conocimientos. A este respecto, se ha hecho referencia al advenimiento de un doble paradigma: el de lo inmaterial y el de las redes. De hecho, la creciente desmaterialización del trabajo individual humano  posibilitada por la sustitución del trabajo manual por las máquinas, y más tarde por el desarrollo de los servicios y el advenimiento de lo virtual con la revolución digital ha desembocado en el nacimiento de una sociedad en la que el dominio de lo inmaterial siempre confiere más ventajas estratégicas y, por consiguiente, un mayor poder sobre lo material. El conocimiento y la conquista de lo inmaterial hacen posible, por ejemplo, la construcción y utilización de satélites que permiten a los hombres un dominio sin precedentes del espacio terrestre. Al mismo tiempo, la conjunción entre el proceso de mundialización, que unifica los mercados mundiales, y las mutaciones tecnológicas, que disminuyen el costo de las comunicaciones y facilitan la multiplicación de la velocidad y el volumen de información transmitido, ha desembocado en la aparición de lo que se viene llamando después de los trabajos de Manuel Castells “sociedades en redes”.
La UNESCO señala también el enfoque basado en el “desarrollo humano” y la “autonomía”, que es un elemento central de la noción de sociedades del conocimiento, debería permitir una mejor puesta en práctica de los derechos universales y las libertades fundamentales, mejorando al mismo tiempo la eficacia de la lucha contra la pobreza y de las políticas de desarrollo. El auge de las sociedades del conocimiento exige que se anuden nuevos vínculos entre el conocimiento y el desarrollo, ya que el conocimiento es tanto un instrumento para satisfacer las necesidades económicas como un componente pleno del desarrollo. La dinámica política, económica y social subyacente al desarrollo de las sociedades del conocimiento pone de manifiesto la íntima relación que existe entre la lucha contra la pobreza y la promoción de las libertades civiles y políticas.
 En las sociedades del conocimiento emergentes, no cabe contentarse con proponer algunas reformas para reducir la desigualdad de acceso a la sociedad mundial de la información y luchar contra las disparidades económicas y educativas subyacentes.  Además, el saber, el pensamiento y la conciencia son elementos constitutivos de la dignidad específica del ser humano que hace de éste un sujeto de derecho.

Sairemi Asuaje  
C.I N° 15.941.978

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